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Se sabe desde hace mucho tiempo que la deshidratación puede disminuir el funcionamiento físico. Ahora un nuevo estudio provee información sobre los efectos de la deshidratación ligera en los atletas jóvenes, y posiblemente en la vida diaria de las personas que no toman suficiente agua. El estudio fue patrocinado parcialmente por el Servicio de Investigación Agrícola (ARS) y una subvención del Ejército de EE.UU.
La Fisióloga biológica Kristen D’Anci encabezó el estudio trabajando en el Centro Jean Mayer de Investigación de Nutrición Humana del Envejecimiento mantenido por el Departamento de Agricultura de EU (USDA por sus siglas en inglés) en la Universidad de Tufts en Boston, Massachusetts. Otras autoras del estudio son Holly Taylor con la Universidad de Tufts, y Caroline Mahoney con el Centro Natick de Sistemas para el Soldado del Ejército de EE.UU. en Natick, Massachusetts.
El estudio revela información sobre un área de investigación relativamente nueva. Los resultados fueron publicados recientemente en la revista ‘Perceptual y Motor Skills’ (Habilidades Motoras y Perceptuales).
Los atletas típicamente pierden del 2 al 4 por ciento del peso corporal durante el entrenamiento atlético. Los investigadores querían explorar los efectos de la deshidratación en la cognición—la habilidad de utilizar información para funcionar—y el humor.
Aproximadamente 30 estudiantes de la Universidad de Tufts, con una edad media de 20 años, participaron en el estudio. Los estudiantes en el “grupo de deshidratación” no recibieron ningunos fluidos durante actividades atléticas. Los estudiantes en el “grupo de control” sí recibieron agua durante las actividades atléticas.
Los investigadores midieron el peso corporal de los participantes antes y después de las actividades atléticas para evaluar la pérdida del agua corporal. Después de las actividades atléticas, los participantes pasaron por pruebas cognitivas, incluyendo pruebas de la memoria a corto plazo y el humor. Los investigadores descubrieron que la deshidratación fue asociada con un humor negativo, la fatiga y la confusión, comparada con los participantes en el grupo que recibió el agua.
El nivel de la deshidratación ligera (del 1 por ciento al 2 por ciento) en los participantes del estudio se podría comparar con la deshidratación ligera de algunas personas que no toman suficiente agua en su vida diaria, según los autores.
